No nos cansamos de repetir a nuestros clientes, necesiten taquillas para vestuarios baratas o cualquier otro elemento para completar el mobiliario de la oficina u otro espacio, que hay que apostar por la calidad. En este caso nos vamos a ocupar de los espacios de trabajo, en concreto de las sillas ergonómicas que tenemos que colocar si queremos reforzar el bienestar de los trabajadores.

Relacionadas directamente con algo tan esencial como la higiene postural, las sillas ergonómicas  permiten adoptar una postura correcta y cómoda. Date cuenta de que, si haces movimientos o adoptas posturas forzando las articulaciones o músculos puedes llegar a sufrir una contractura, una sobrecarga muscular o incluso dolor agudo y crónico. En Muebles Directo te insistimos en que vigilar la postura es fundamental no sólo en el trabajo o en casa, sino en otros contextos en los que vayamos a estar mucho tiempo sentados.

La higiene postural y las sillas ergonómicas

Con higiene postural nos referimos a adoptar posturas en las que procuremos que estén repartidas las fuerzas y las tensiones de todo el cuerpo. Es la forma de no realizar cargas ni esfuerzos que sean excesivos en ninguna zona anatómica que puedan acabar en una lesión. Y, como te puedes imaginar, en todo esto el mobiliario cobra una papel protagonista. Por ejemplo, las sillas ergonómicas de nuestro catálogo te permiten mantener posturas adecuadas. La ergonomía hace referencia a un conjunto de conocimientos aplicados a los objetos, espacios y entornos para adaptarlos a determinadas condiciones físicas. Las malas posturas pueden suponer efectos negativos no solo sobre la columna vertebral, sino también sobre otras partes del cuerpo como piernas o brazos. Cuando estés sentado, la espalda debe mantenerse recta y correctamente apoyada en el respaldo de la silla. Algo factible con las sillas ergonómicas, una pequeña parte de todo el mobiliario de oficina que te podemos sumistristar. Con estas sillas la idea es mantener la cabeza erguida y alineada con la columna. En cuanto a las caderas, han de colocarse lo más atrás posible en el asiento para que la pelvis pueda reposar de manera neutra. Los pies deben llegar al suelo o reposar en un reposapiés. En resumen, la meta es que las piernas formen un ángulo de 90º para que el peso del cuerpo se reparta de manera homogénea.