Pautas para elegir bien las sillas de oficina

En fecha 19/July/2018

En cuestión de sillas de oficina, es clave hacer la elección acertada para que este aspecto no repercuta negativamente en la productividad y en la salud de los trabajadores.

En otros post, además de hablar de nuestras mamparas de oficina en Asturias nos ocupamos de repasar las ventajas de las sillas ergonómicas. La cuestión es cómo hacer la elección acertada cuando se trata de un centro de trabajo para que este aspecto no repercuta negativamente en la productividad.

No podemos obviar que la espalda es la principal fuente de lesiones. Elegir bien una silla de oficina es clave no solo por la espalda, sino también por otros aspectos de nuestra salud como las articulaciones o la circulación sanguínea. Según los datos de la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, más de la tercera parte de los trabajadores padece dolores de espalda. Estos representan ya la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de cirugía. En Muebles Directo no queremos que padezcas estos problemas y por eso nos afanaremos en dar con la silla adecuada para cada cliente en función de sus necesidades.

Se ha elegir un tipo de silla que permita la transpiración y la circulación de la sangre, además de regular la postura del usuario. De este modo reduciremos la probabilidad de lesiones, mucho más si se hacen pausas frecuentes en la jornada laboral para caminar un poco y hacer estiramientos.

 

Qué es importante en una silla de oficina


1.- Asiento: tiene que ser regulable en altura para fijar la posición del torso en función de cómo de alta sea la mesa de trabajo. Si la silla queda demasiado baja, se sufrirán daños en la zona lumbar. Si es demasiado alta, se forzarán las vértebras y los músculos de la parte dorsal y el trapecio. En cuanto al tamaño, el asiento debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos de forma holgada en la parte central. Además, la parte delantera debe estar inclinada hacia abajo para que no nos oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas.


2.- Respaldo: ha de ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es bueno que sea regulable en inclinación y que la silla ofrezca la posibilidad de regular su firmeza y su fijación o movilidad del respaldo.


3.- Altura de respaldo: es recomendable que sea regulable y que cubra al menos toda la espalda sin someter la columna a excesivas torsiones.


4.- Reposabrazos: deben permitir mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º y servir de apoyo en los codos y antebrazos.